¿Cómo educar financieramente a nuestros hijos?

Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos los adultos es desarrollar una relación sana y equilibrada con el dinero.

A menudo no se nos enseña a relacionarnos con el dinero. Por lo general, aprendemos a través de las experiencias que tuvimos, lo que vimos y escuchamos en nuestras familias de origen. Rara vez los padres se detienen a discutir por qué y cómo hacen las cosas.

Cuando nacemos, nuestro cerebro es como una pizarra en blanco donde escribimos nuestra historia a partir de nuestras vivencias, especialmente en la primera infancia cuando el cerebro se desarrolla rápidamente. Estas experiencias y emociones serán luego la base de nuestra manera de ver y afrontar la vida.

Una de las primeras historias que escribimos, por lo general de manera inconsciente, es la que mantenemos con el dinero. Ya hemos mencionado que para muchos el dinero es un tema tabú, por lo que prefieren mantener a los niños alejados de él. En realidad, mientras más temprano abordemos el tema, mayor será la probabilidad que desarrollen una relación balanceada con el dinero.

Al hablarle a los niños de dinero debemos hacerlo de forma natural, utilizando un lenguaje y contexto apropiado para su edad. Podemos empezar respondiendo a sus preguntas, seguramente terminaremos sorprendidos al descubrir que saben mucho más de lo que creíamos.

Otro de los aspectos a considerar cuando hablamos de dinero con nuestros hijos es que aprendan a administrarlo:

·Empieza con el presupuesto: dar a los niños una mesada les da la oportunidad de entender el valor de las cosas y les enseña a administrar sus recursos. Un buen ejercicio es hacerlos llevar el control de sus gastos, así descubrirán cuán lejos puede llegar con su dinero.

·Fomenta el ahorro: cuando los niños tienen una mesada pueden decidir en qué gastarla, pero no siempre podrán comprar lo que desean, porque a veces el precio superará su presupuesto. Es una oportunidad para empezar un plan de ahorro en el que aprenderán a calcular en cuánto tiempo estiman reunir la cantidad que necesitan.

 ·Enseña a ganar dinero: que descubran sus talentos, o la opciones con las que pueden ganar dinero, identificando necesidades que puedan satisfacer. Proponer trabajos que combinen sus habilidades con las necesidades de los demás. Esta es otra manera de aportar para el plan de ahorro y lograr antes la meta.

 · Crea la cultura del dar: el dinero nos abre a oportunidades pero también nos trae responsabilidades. Una de ellas es la de servir a los menos afortunados. Enseñemos a los niños a destinar parte de lo que reciben para personas vulnerables o las organizaciones que los ayudan. Dejemos que sean ellos quienes decidan.

Al enseñar a nuestros hijos los principios fundamentales de la riqueza, ahorro y solidaridad a una edad temprana, les ayudamos a formar hábitos financieros positivos que durarán toda su vida.

joann lares