Dejemos de pelear con el dinero

A menudo escucho a la gente quejarse de lo poco que le alcanza el dinero, el estrés que le genera y las preocupaciones que le causa no encontrar una manera de obtenerlo. Tal pareciese que el dinero es un ser con vida propia, como un tramposo que nos cambia las reglas del juego, se nos escabulle y nos hace la vida miserable. 

Pocas veces vemos la relación que existe entre nuestra manera de pensar sobre el dinero y el papel que este juega en nuestras vidas. Lo que aprendimos de pequeños, lo que escuchamos y vimos en el hogar sobre el manejo del dinero es determinante en el resultado actual de nuestras finanzas. Más allá de la suerte personal o de la situación económica del país, nuestro nivel de satisfacción económica está marcado por lo que creemos del dinero.

Les voy a poner un ejemplo, si una mujer cree que el dinero es una cosa de hombres, que ellos son los responsables de traerlo a la casa y administrarlo, lo más probable es que, en primer lugar, busque como esposo una persona que tenga dinero y le guste controlar las finanzas familiares, que no le dé explicaciones de cómo y cuánto gana. Luego, seguramente tenga una noción muy vaga del valor de las cosas, suela comprar todo con tarjeta de crédito sin llevar control del gasto y solo se dé cuenta que ha llegado al límite cuando esta “rebote” al momento de hacer un pago. Esta situación le puede producir estrés, miedo de no tener suficiente dinero para sus “necesidades”, que solo desaparece cuando vuelve a tener el cupo disponible en las tarjetas de crédito. Si su esposo se sorprende o reclama algún gasto puede sentirse poco querida y la relación puede fracturarse por una crisis de dinero.

Ante una situación como esta, pudiéramos decir que la causa de la fractura es la poca comprensión de la pareja, su mala administración financiera o la crisis económica por la que atraviesa Venezuela, y aunque todo ello puede influir, la realidad es que la idea de que son los hombres los que deben encargarse del dinero es, en buena medida, la raíz del problema.

Detengámonos un momento a evaluar cuáles son nuestras creencias sobre el dinero y decidir si debemos modificarlas a fin de empezar a construir una relación más satisfactoria con nuestras finanzas.

joann lares